La capacidad de concentración se resiente con tantas aplicaciones que reclaman nuestro interés. Saltamos de una cosa a otra, nos cuesta mantener el foco. El móvil crea adicción. Domesticarlo no es sencillo.

En un mundo cada vez más regido por las lógicas de la llamada “economía de la atención”, necesitamos de una tecnología que esté al servicio del ser humano, que nos permita elegir, que haga que nuestra vida sea mejor, que nos haga más libres, y no una que secuestre nuestra atención y que se rija por la lógica del negocio.

En nuestras manos está reclamarla. Atentos.

Pincha AQUÍ para leer todo el artículo publicado en elpais.com por Joseba Elola el 24/06/2017